Equipo de Psicología Humanista

Psicoterapia Corporal: salud mental en movimiento

El equipo de psicología humanista de nuestra Facultad, ha venido trabajando con diversas técnicas terapeúticas que ponen especial énfasis en la vinculación entre el cuerpo y las emociones. Este grupo, que imparte docencia de pre y posgrado así como práctica clínica en el CAPs, desarrolló a comienzos de julio un seminario sobre yoga y salud mental, en un intento por incorporar al quehacer académico un diálogo entre la psicología y las técnicas orientales.


foto1

“Técnicas de meditación y otros ejercicios corporales lo consideramos como una herramienta básica que un humanista debería saber, para conocer qué cosas pasan ahí cuando medito y dejo mi cuerpo estar más tranquilo, mi mente más despejada y con mayor conciencia de la respiración” sostiene la Prof. Laura Moncada.











foto2

Más de 40 personas, entre profesionales de la salud, psicólogos y profesores de yoga se reunieron en el seminario “Yoga y Salud Mental” realizando a inicios de julio. Fotografía gentileza de: Jesús Cordero








foto2

La psicóloga Andrea Ramírez con Mukta kaur Khalsa, especialista norteamericana que dictó el curso.





foto2

Prof. Laura Moncada, coordinadora del Equipo Humanista Experiencial del Caps (Clínica de Atención Psicológica)





foto2

En las cátedras de pregrado en la que los futuros psicólogos se forman en las técnicas humanistas se les enseña diversas herramientas dentro de la psicoterapia corporal; además de otras metodologías de este enfoque.

Entre el 6 y 8 de julio se realizó en FACSO un Seminario de Yoga y Salud Mental. La instancia, organizada por el Equipo Humanista Experiencial del Departamento de Psicología, tuvo gran recepción, reuniendo a 43 personas, entre profesionales del área de la salud,  psicólogos y profesores de Yoga. Durante tres jornadas concurrieron al auditorio de nuestra Facultad a ser parte de esta instancia.

Este curso abordó dimensiones teóricas y practicas de ejercicios de Kundalini Yoga para su uso en el manejo de estrés, la depresión y las adicciones. Los asistentes  fueron psicólogos, profesionales del área de la salud o instructores de yoga que buscan complementar sus conocimientos sobre la materia. Este taller está en la línea de un diplomado de extensión que se impartió el año pasado en nuestra Facultad y que tendrá su segunda versión este 2009.

El taller fue impartido por Mukta kaur Khalsa, una especialista estadounidense a nivel mundial en el área, que desde hace más de 30 años se ha dedicado al estudio de técnicas de Yoga para el tratamiento de adicciones y ha participado en la elaboración de programas para adicciones que se han estado ejecutando en diversos lugares, entre ellos India. La especialista norteamericana ya había estado en FACSO el año pasado cuando dictó una conferencia en el marco del Diplomado de Extensión sobre la temática.

Andrea Ramírez, una de las promotoras de este seminario, plantea que esta iniciativa se encuentra dentro de una de las líneas de trabajo que está desarrollando el equipo de psicología humanista de nuestra facultad que busca generar diálogos entre técnicas orientales como el yoga y lo que ellos y ellas han venido desarrollando desde la experiencia clínica de la psicoterapia corporal.

Una apuesta por distintas técnicas

La prof. Laura Moncada, psicóloga encargada del equipo humanista del Caps (Clínica de Atención Psicológica) de nuestra universidad, plantea que la apuesta de los distintos enfoques y técnicas de la psicoterapia corporal descansan en una mirada que sostiene una fuerte vinculación entre cuerpo y psiquis. En esa lógica, conectarse con el propio cuerpo a través de ciertos ejercicios conducidos en un contexto de terapia pueden resultar potentes para que las personas descubran cosas de sí mismas y de su historia a través de la puesta en práctica de ciertas posturas corporales. “La idea es que los sujetos reconozcan sus posturas corporales  y vayan experimentando las emociones que están asociadas a cada postura (…) Cuando van cambiando las posturas encuentran algunas en que te liberas u otras en que quizás te sientes más empoderada. Eso es lo fantástico que aporta el psicodrama, las psicoterapias corporales y luego terapias como la yoga, que son sub herramientas dentro de un enfoque”.

En la tesis de grado de la psicóloga Andrea Ramírez, se explica que la psicoterapia corporal se nutre de los planteamientos de Wilhelm Reich quien en la década de 1930 rescató la concepción unitaria del hombre “al entenderlo como expresión de un gran impulso de vida, que tendrá manifestaciones psíquicas y somáticas”,  por tanto si cuerpo y psiques tienen un funcionamiento paralelo, es posible intervenir en la psique a partir del cuerpo. Reich, siendo un psicoanalista austriaco dirigió el seminario técnico de psicoanálisis y trabajo en forma cercana a Sigmund Freud durante el inicio de su carrera para luego ir desarrollando su propia propuesta terapéutica que giraba en torno al estrecho vínculo de cuerpo y mundo emocional. El mismo Freud – antes de gestar su apuesta de “asociación libre” y el análisis de sueños- también trabajó con técnicas corporales. Según se explica en la tesis de grado de Andrea Ramirez, el padre del psicoanálisis en sus inicios como terapeuta pasó varias horas presionando y masajeando las piernas de sus pacientes con crisis de histeria. Así como también realizó otras técnicas corporales, como masajes y presionar la cabeza de los pacientes para ayudarles a recordar.

A través de los planteamientos de Reich y de otros autores de esta tradición, el equipo de psicología humanista experiencial hace suyo el trabajo con el cuerpo para conocer y trabajar las emociones y el funcionamiento psicológico en general. En este contexto, la práctica complementaria con el Yoga, en el marco de una psicoterapia, puede ser enriquecedor no sólo por los efectos fisiológicos de esta práctica, sino por la posibilidad de permitir un trabajo interno. Al respecto, Andrea Ramírez, quien además de ser psicóloga es instructora de yoga plantea: “Existen diversas posibilidades respecto al uso del yoga en psicoterapia, por ejemplo, las técnicas de meditación que pasan por la auto observación, permiten observar los procesos mentales y emocionales y aprender a tomar distancia de los ellos. Por otro lado en lo que respecta al trabajo corporal, es posible generar un proceso de reorganización de patrones posturales, lo que resulta muy interesante, pues cada patrón postural implica una forma de experimentar la vida y de pararse frente al mundo, entonces a partir de experimentar ciertas asanas o posturas; hay una reorganización de la postura interna”.

En todo caso esta psicóloga de la Universidad de Chile y parte del equipo de Psicología Humanista del CAPs, plantea que este trabajo con el yoga es un proceso a mediano y a largo plazo “la postura particular de una persona incita un cierto estado de ánimo, se experimentan ciertas emociones por sobre otras. Si tienes el pecho hacia adentro te va a llevar hacia un estado más melancólico o triste, o si tienes la mandíbula apretada no va a ser lo mismo que tener la boca abierta, en cuanto al grado de tensión o apertura que se pueda experimentar. Posturas y gestos van a inducir ciertos estados de ánimo y ciertas emociones. Entonces a través del Yoga se busca que con el tiempo, la persona tenga un repertorio mayor para experimentarse a sí misma"

Producto de la íntima relación entre el cuerpo y las emociones, tanto terapeutas como instructores de yoga se requieren mutuamente para integrar los aportes de ambos saberes, pues al trabajar el cuerpo no sólo se trabaja muscularmente, sino que también a nivel emocional. “La base de la teoría corporal es que hay una forma de ser global que define ciertas emociones. Entonces una persona que, por ejemplo,  tiene los hombros más hacia arriba, refleja una reacción en relación al miedo, ya que el subir los hombros es una respuesta instintiva de protegerse el cuello. Por ello, a través de ciertas posturas vas mostrándole a la persona que puede relajar los hombros, que no todo el tiempo hay peligro y ésta así va experimentando que hay una nueva forma de sentirse a si misma, de plantearse frente a la realidad de forma menos defensiva. Así se va trabajando, se le hace una invitación al cuerpo a que adopte una nueva forma de estar en el mundo, y a partir de una experiencia que aparentemente es sólo corporal se va avanzando a terrenos más psicológicos” sostiene Andrea Ramírez.

La apuesta del equipo de psicólogos de la corriente humanista es ir generando instancias como el seminario recién finalizado para contribuir a la formación más integral de los terapeutas y para entregar herramientas de la teoría psicológica a los profesores de yoga. “Ahora que el yoga está de moda hay muchas personas que piensan que va a ser beneficioso para todo, pero desde una mirada psicológica esto no es tan así. Por ejemplo si una persona que tiene características muy rígidas, de un momento a otro se pone a practicar yoga, puede que lleguen a obsesionarse, en el sentido de seguir cada vez más, lo que le va dando más rigidez a su cuerpo y a su carácter, porque hay más tono muscular, más fuerza y se reproduce una dinámica interna. O al revés, personas que tienden a estar muy desconectadas de la realidad, les cuesta mucho poner los pies en la tierra y llegan a las clases de yoga y buscan alejarse del mundo. Por eso es importante que el profesor de yoga maneje ciertas nociones de manera de cómo llegar al otro”, sostiene la integrante del CAPs.

En este sentido, este trabajo permitiría ayudar a que las personas comiencen a bajar ciertas corazas que han formado para sobrevivir, pero deben emplearse de manera controlada “Hay muchas posturas que las personas no las pueden hacer o si las hacen se angustian, no es que las voy a hacer y siempre me va a hacer bien. (…) como estas técnicas te hacen bajar ciertas defensas, hay que manejarlo porque de otro modo, puede que aparezca una defensa más grande” comenta Andrea.

El diálogo entre las posibilidades que ofrece el yoga en el contexto de un trabajo de salud mental ha sido el motivo de este taller realizado en julio, de diplomados de extensión; así como otras técnicas de psicoterapia corporal que son enseñadas en las cátedras de pre y posgrado. Los psicólogos de la corriente humanista se diferencian por trabajar con sus pacientes no sólo a través de la palabra. “Nosotros consideramos mucho el cuerpo y lo metemos para que la persona vaya más allá, entienda más cosas de si misma, de su problemática y de sus posibles soluciones” concluye la Prof. Laura Moncada.



Otras técnicas corporales

La Prof.  Laura Moncada explica un ejercicio dentro del trabajo gestáltico que ellos utilizan en el contexto de la atención a pacientes en la Clínica de Atención Psicológica (CAPs) de nuestra universidad. Esta es la Silla vacía, que permite al paciente poner a dialogar distintas partes de sí mismo.

El paciente se sienta con los ojos vendados en una silla y enfrente tiene otra silla vacía que debe ocupar otra parte de sí mismo con la que está trabajando. “Por ejemplo tu puedes dialogar con un aspecto tuyo que sea muy riguroso, muy trabajador y meticuloso; y el otro lado que es muy relajado, indiferente a las reglas. Estas son lo que se llaman las polaridades. Entonces cuando estás en una silla eres la persona súper estructurada y luego eres al revés, muy desorganizada. Es muy interesante lo que va sucediendo porque muchas veces hay como una especie de enojo, de reprender al otro por la forma en que éste es” explica Moncada. La psicóloga coordinadora del equipo humanista de nuestra Facultad plantea que al trabajar con esta técnica se va a propender a la integración de, en este caso, ambas características de la persona “entendiendo a ese otro como una parte de sí mismo, y una parte valiosa, y otra parte que aporta algo importante para ti en distintos momentos de la vida. Tiene que haber un balance porque no sólo de trabajo vive el hombre, también de goce, de placer, de diversión” ejemplifica Moncada.

En el ámbito de la docencia, dentro de la psicología esta corriente enseña el psicodrama como otro modo de trabajo con el cuerpo, en este caso a partir de la representación. Esta técnica la enseñan en clases, haciendo que varios futuros psicólogos participen permitiendo que conozcan la técnica terapéutica, pero también se conecten más con sus propios conflictos. Al respecto la profesora Moncada cuenta cómo puede ser abordado con esta modalidad de trabajo una situación conflictiva con la madre. “hay una persona que es el protagonista y yo como directora del psicodrama le pido que elija alguien del público como su madre, pero junto con elegirla a ella, elige a su padre, a su hermano, a su pololo que van a ser parte de la historia. En el psicodrama la persona nunca va a llegar y a contarte: fíjate me pasó esto que como un cuento. No, la persona no te cuenta eso. Tú dices: ayer me pasó algo súper difícil con mi papá (y como terapeuta uno pregunta) ¿a si?, qué fue lo que te pasó, dónde estabas, cómo estabas tú, cómo estaba tu papá, entonces reactuamos la escena. Yo no permito que tú me cuentes un cuento, si no que hago es que tú actúes tu cuento y que hagas que los demás actúen el cuento. Por ejemplo si alguien va a actuar como tu papá, yo te voy a pedir que nos muestres cómo estaba el papá, qué es lo que hacía, qué gesticulaba y después le voy a pedir al yo auxiliar que haga exactamente lo mismo” explica Moncada.

 

María José Martínez P.
Carolina Quiroga Bachur
Comunicaciones FACSO
Lunes 20 de julio de 2009
facsocom@uchile.cl

 

 

 

Universidad de Chile Facultad de Ciencias Sociales Av. Ignacio Carrera Pinto 1045 Código Postal 6850331 Santiago Chile
Mapa del Sitio Contactos Páginas Blancas Convertir en página de inicio Agregar a Favoritos Créditos © Unidad de Informática FACSO