Mapuche

2. LOS CAPUCHINOS BÁVAROS Y SU APORTE A LOS ESTUDIOS DEL MAPUCHE CONTEMPORÁNEO

En 1895 llegó a Chile el primer grupo de capuchinos de la Provincia de Baviera, que venía a tomar a su cargo la misionalización del territorio de la Araucanía central, cuya incorporación efectiva al patrimonio de la República había sido completada recién el decenio anterior. Este último dato es crucial para la comprensión de la situación sociolingüística del área en el momento de la llegada de los capuchinos bávaros; hasta 1882 los mapuches de la Araucanía central, más o menos correspondiente a las actuales Provincias de Malleco y Cautín (IX Región) se habían mantenido territorialmente autónomos, no sometidos a la Corona española y desligados de la vida de la República. En estas condiciones, cuando la incorporación tuvo lugar, el grueso de la población mapuche local era monolingüe de la lengua vernácula -llamada lengua araucana/araucano por los hispanohablantes, y por los naturales mapuche dungun 'el hablar de la gente del país' o mapudungu/mapudungun 'el habla (o el hablar) del país'. Dado el alto porcentaje de población nativa monolingüe de mapudungu -o con una competencia muy precaria en castellano- los capuchinos debieron programar desde el principio la evangelización en vernáculo. En otras palabras, se encontraron a sí mismos en la misma situación en que se habían encontrado los primeros misioneros del Reino de Chile: para poder realizar su labor debían aprender muy bien la lengua de los "indios naturales"; pero ni la mejor disposición de ánimo, ni siquiera la inmersión total en el ambiente, pueden producir por sí solas el milagro de implantar el dominio óptimo de la lengua requerido por la evangelización, en adultos habituados al aprendizaje formal, sistemático e intelectualizado de lenguas clásicas y modernas. Así, desde el principio los bávaros resintieron la falta de material bibliográfico apropiado, en particular, de una buena gramática moderna del mapuche hablado en la época en la Araucanía central. Hacia fines del siglo XIX las antiguas Artes de los primeros misioneros ya habían perdido vigencia como libros de texto para el aprendizaje práctico de la lengua mapuche, en parte porque correspondían mayormente a las desaparecidas variedades nortinas de la lengua -el mapuche de la Araucanía central quedó más bien fuera de la observación sistemática de los jesuitas; en parte porque habían cambiado sustancialmente la manera de presentar la gramática de una lengua dada y las expectativas de los estudiosos -para vislumbrar la magnitud del cambio ocurrido, sólo habría que comparar la Gramática Castellana de Nebrija con la Gramática de la Lengua Castellana de Bello

Uno de los recién llegados capuchinos bávaros, el P. Félix José Kathan de Augusta, apreció inmediatamente la situación, y apenas instalado en su puesto misional, en el poblado de Bajo Imperial, hoy Puerto Saavedra (Provincia de Cautín, IX Región), inició todo un programa de preparación de obras orientadas a facilitar a sus co-hermanos el aprendizaje del mapudungu y el ejercicio de la evangelización en vernáculo Así, en 1903 apareció la Gramática Araucana (Augusta 1903), seguida en 1901 por una extensa colección de textos bilingües mapuche-castellano, titulada Lecturas Araucanas, preparada con la colaboración de su co-hermano, el P. Sigifredo Schneider de Fraunhaeusl (Augusta1910). La serie quedó completa en 1916 con la publicación del monumental Diccionario Araucano-Español; Español-Araucano, en dos volúmenes ( Augusta 1916). Además, entre 1902 y 1925, Fray Félix publicó en lengua mapuche diversos textos devocionales Dios ni dahu [la palabra de Dios] de 1902; nidolke dahu Dios ni Nutram, de 1903, versión araucana de la Historia Sagrada de F.J. Knecht (1903a). En 1907 aparecieron Komunion Rezan [oraciones para la comunión] (1907a) y el Apéndice al Ritual Romano para los Araucanos (1907b). En 1925 apareció un devocionario, Kiñewn Amuaiyu [vamos unidos los dos], última obra suya publicada. Que- daron inéditas las traducciones al mapuche de la Pasión según Juan y Mateo y de los evan- gelios correspondientes a dominicas y fiestas. Escribió también trabajos de orientación estrictamente académica, tales como el opúsculo ¿Cómo se llaman los araucanos?, que es un excelente estudio sobre los nombres de persona en la sociedad mapuche tradicional (Augusta 1907c); o "Zehn Araukaner Lieder", que es una prolija micro-antología de canciones mapuches (Augusta 1911); o "Pismahuile. Un cuento araucano", en presentación bilingüe, con notas explicativas, comentario y un apéndice, preparado por el P. Sigifredo, que contiene una detallada descripción del palin o juego de la chueca (Augusta 1922).

La obra propiamente lingüística del P. Félix, la Gramática Araucana, Lecturas Araucanas y el Diccionario Araucano, ha de ser considerada como material bibliográfico pedagógico, o sea, destinado a la enseñanza práctica del mapudungu; y como material bibliográfico documcntal, o sea, como una descripción de conjunto, de orientación académica, de la lengua mapuche contemporánea.

De acuerdo a la concepción de la época, la literatura para la enseñanza/aprendizaje de una lengua debía incluir necesariamente (a) una presentación de la estructura gramatical de la lengua, organizada en lecciones cortas, graduadas en orden creciente de complejidad, de material muy acotado, mayormente dispuesto en forma de reglas y explicaciones motivadas en el análisis gramatical, acompañadas de ejemplos ad hoc, cuadros sinópticos, paradigmas y ejercicios de aplicación, consistentes en enunciados artificiales muy controlados para la traducción desde y hacia la lengua en estudio; (b) un repertorio de las unidades significativas, típicamente las palabras, pero también -si la índole de la lengua lo aconsejaba- raíces, temas y afijos derivacionales y a voces también algunos afijos flexionales; y (c) material para lectura y traducción, consistente en textos mayores de diversa índole, usualmente de carácter literario. Las tres obras mayores de Fray Félix siguen muy obviamente este plan didáctico.

La lingüística aplicada moderna ha puesto en tela de juicio la eficiencia de la metodología basada en la gramática y la traducción como procedimiento de enseñanza/ aprendizaje de lenguas, y ha propuesto diversos enfoques alternativos, pero hasta hoy ninguno de éstos ha sido aplicado exitosamente al mapuche. De hecho, el único intento que conozco es Mapudunguyu. Curso de Lengua Mapuche de María Catrileo ( 1987), preparado según los principios más elementales derivados del estructuralismo norteamericano clásico. En mi apreciación es un trabajo muy deficiente, de escasa utilidad práctica. Hasta tengo serias reservas sobre su real valor como documento para el conocimiento intelectualizado de la lengua: si no tuviéramos la Gramática Araucana del P. Félix, ni ninguna otra obra moderna sobre el mapuche, me parece que aprenderíamos más del Arte del P. Andrés Febrés que de Mapudunguyu; de ninguna manera este libro es una alternativa válida frente a la Gramática Araucana. Tampoco está muy claro que lo sea frente al Idioma Mapuche del P. Ernesto Wilhelm de Moesbach ( 1963), a pesar de todas las limitaciones de esta obra.

Aunque es posible que los métodos modernos de enseñanza/aprendizaje de lenguas sean más eficientes que el buen viejo y seguro enfoque gramatical, lo cierto es que hasta hoy, las tres grandes obras del P. Félix de Augusta, forman el único programa compacto y bien organizado disponible para el estudio del mapuche, el que todavía hoy es utilizable como base para un programa auto-instruccional con informante nativo o como texto-guía para un curso formal conducido por un equipo formado por un instructor y un informante nativo.

Desde el punto de vista estrictamente descriptivo, o sea, orientado hacia el conocimiento intelectualizado del mapuche, la Gramática Araucana, las Lecturas Araucanas y el Diccionario Araucano, son obras valiosas y confiables, en general bien adecuadas a la realidad empírica de la lengua. Es de destacar que Fray Félix se atuvo a los datos reales del mapuche hablado a su alrededor, prescindiendo deliberadamente de la información gramatical y léxica contenida en las Artes y los Vocabularios de los antiguos misioneros jesuitas, en parte porque consideraba inapropiado el modelo gramatical latinizante, en parte porque su organización misma no le parecía muy eficiente para propósitos pedagógicos, en parte porque le parecía que sus datos no correspondían a la lengua moderna -esto último no es del todo exacto: en realidad los datos de los jesuitas no correspondían al mapuche de la Araucanía central, sino más bien a las variedades nortinas de la lengua, habladas entre el valle del Mapocho y el Bío-Bío.

Así las cosas, Fray Felix trabajaba en condiciones que corresponden muy bien a lo que hoy llamamos "trabajo de campo": obtenía material oral controlado de hablantes nativos, lo fijaba por escrito en un buen sistema de transcripción fonémica, explícito y consistente, al que llegó más o menos intuitivamente, y lo estudiaba buscando su estructura formal y las leyes que gobernaban su funcionamiento. En la Gramática Araucana Expuso los resultados de su análisis utilizando como marco de referencia la gramática escolar del castellano, la que en Chile entonces estaba basada en la doctrina gramatical de Andrés Bello. En última instabcia, todo esto significa que la Gramática Araucana contiene una descripción muy completa y fidedigna, presentada en un formato al alcance de un amplio espectro de lectores, no sólo de los círculos profesionales. No conozco la tesis doctoral de Ineke Smeets, A Mapuche Grammar ( 1989), la única gramática completa preparada con la metodología de la lingüística moderna de la que tengo noticia forrnal. Mi libro de 1984a de ninguna manera debe considerarse ni siquiera como un esbozo gramatical: sólo pretendí mostrar directamente, a través de materiales transcritos y grabados en cinta magnetofónica, los aspectos más destacados de la fonología y la morfosintaxis mapuche. Mi intervención en esa presentación es mínima, tendente únicamente a servir de guía para la observación directa de la lengua en listas léxicas, paradigmas verbales y textos de la literatura oral tradicional. En mi libroEl mapuche o araucano de Chile ( Salas 1992) viene un panorama fonológico y gramatical, expresado en lenguaje no técnico, dirigido a público no especializado.

El mapuche es una lengua en la cual el mayor peso de la carga semántica y de la organización formal del enunciado lo lleva el verbo ( V. Rivano1988:59, 61). Este se caracteriza por un grado de síntesis relativamente alto y un índice de fusión más bien bajo (los términos "fusión" y "síntesis" están usados aquí en el sentido de Comrie ( 1981:39-50), lo que quiere decir que el verbo mapuche está constituido por una serie -potencialmente muy larga de morfemas fácilmente segmentables, y que retienen bastante bien su identidad formal en los distintos contextos en que ocurren (V. también el concepto de "tipo andino" en Tovar 1961:196-197, y Tovar y Larrucea 1984:199; o de "fixed-order-word-type language" en Garvin 1978:192). De esta característica tipológica deriva como consecuencia obvia que el análisis gramatical estará de entrada dirigido a la morfología verbal. Dando muestra de gran sensibilidad lingüística, Fray Félix se acomodó a esta situación y logró grandes aciertos analíticos en morfología, notables en la presentación del sistema verbal: segmentación de morfos y asignación de alomorfos a morfemas, con sus reglas de distribución claramente presentadas y formulación de algunos procesos morfofonémicos. También está muy bien lograda la agrupación de sufijos en conjuntos que se sustituyen mutuamente en un casillero que expresa una categoría gramatical dada, contrastando parcialmente entre sí, en términos de distinciones dentro de esa categoría en particular. La constitución interna del verbo es expresada como una secuencia de casilleros que se suceden en un orden fijo y altamente regulado. Hasta en su diagramación la presentación de Fray Félix anticipa a las modernas descripciones tagmémicas. Para apreciar el punto sólo basta examinar el material de la Lección XIX, II Parte ( 1903: 330-331) con el formato de casilleros utilizado sistemáticamente en Pickett y Elson 1986. La asignación de significado a unidades correctamenle aisladas es el punto más débil de todo el tratamiento de la morfología mapuche; las más de las veces se recurre a las nociones de la gramática escolar del castellano o al equivalente traduccional hispánico. La sintaxis es definilivamente el aspecto menos logrado de toda la Gramática Araucana, lo que en parte se debe a la naturaleza tan elusiva de los contenidos sintácticos, en parte a la carencia de un modelo analítico apropiado, en parte a la incidencia relativamente baja de la sintaxis en la organización del enunciado mapuche (dada la orientación morfológica de la lengua).


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